El año pasado hicimos formación de inicio para +300
personas. Comoquiera que por
naturaleza soy inconformista desde que arribé en 2011 hemos cambiado el proceso
de acogida, al menos 1 vez por año.
Primero introducimos una charla de acogida que se sumaba a
las ya existentes de PRL, Calidad y Manipulación de Alimentos. Después montamos
una sala con 25 ordenadores y una pantalla táctil. Luego contratamos un LMS (Learning
Management System) y una herramienta de autor y terminamos el año 2015
aplicando las metodologías “Flipped Classroom” e invirtiendo la secuencia en las acciones formativas (los trabajadores reciben los cursos en su correo y los
realizan antes de la jornada formativa de inicio en nuestras instalaciones).
En la actualidad estamos en pleno proceso de “split” para
separando los distintos colectivos, poder customizar los contenido
hasta un nivel de detalle cuanto menos interesante.
Al mismo tiempo que las herramientas el contenido de la
charla de bienvenida también ha evolucionado, y puedo decir que poco tiene que
ver con el que hacíamos hace 4 años. Creo que Juan Belmonte acuño el “se torea como se es” y yo en 5 años he
cambiado de ser, digamos que bastante.
Así antes estaba muy interesado en el “perfomance” y me
dedicaba a estudiar concienzudamente cualquier teoría que me permitiera medir
el desempeño de una manera más efectiva.
Hoy poco me interesa ya, y no me pone nada. Hoy he llegado a
la conclusión que de poco vale medir el rendimiento y que poco vamos a aportar
si nos localizamos en las métricas. Hoy lo que me interesa es el porqué se produce
el buen performance y qué puedo proponer para incrementar la contribución y el
resultado general de los colaboradores.
Conclusión: no quiero gentes a mi alrededor cuyo máximo
valor sea “hacer la cosas bien”. No se trata de eso. No me vale, porque el
error inevitablemente existe como parte del proceso y aparecerá con seguridad, y si tu única propuesta es
hacer las cosas bien ¿Qué has hecho o aportado el día que te has equivocado?
Pues cero. Estás despedido.
Evolucionemos hacia otro modelo; “Haz las cosas con
cariño”. Sea el trabajo para el que has nacido, para el que llevas preparándote
15 años, o sea una manera temporal de subsistir. Dá igual. Dalo todo. Sin restricciones. Y cuando llegue el error,
puedes estar tranquilo que siempre habrá alguien que dirá aquello de: “Se
comprensivo jefe, es un buen trabajador y siempre hace las cosas con cariño. O
acaso, ¿tú nunca te has equivocado?"
Walk on, walk on, walk on. This is 2bajopar. Buena semana
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