DE MI LIBRO(II).- CAPITULO II. DE RECURSOS Y DE HUMANOS

CAPÍTULO II.- DE RECURSOS Y DE HUMANOS

En una familia numerosa la hora del baño es uno de los momentos más divertidos. El más triste, como podéis imaginar, es en el que debes de sacar la tarjeta de crédito ante la mirada atónita de la cajera del Hipercor1 después de haber cargado, descargado y cargado el carrito de la compra semanal.

Tres niños son muchos incluso para sus dos progenitores, y lo que en cualquier otro lugar no sería más que una rutina diaria, en casa es un festival de salpicaduras, jabonazos, resbalones y gritos.

Pero como todo esfuerzo, compensa. Verlos y olerlos, tan limpitos, con sus pijamas recién puestos y repeinados como si fueran a Misa de 12 en la Basílica de El Escorial.

Tras el baño, la cena y tras esta los dientes, el cuento ¿el cuento.....? y a dormir.

IFD- No pasa nada seguro que se han olvidado.

IFD- Buenos chicos2, hoy ¿que cuento queréis que leamos? 

Javier- Peter Pan, Peter Pan.

Mariola- Um, um, um (que más o menos se puede traducir por ese, ese.)

Ignacio- Papa ¿no nos ibas a contar tu trabajo? Ayer lo prometiste.

IFD- Ok, ok. Pero no os puedo prometer que sea divertido. Los Recursos Humanos son cosas de mayores y quizás lo pasaríais mejor con un cuento. ¿Qué decís?

1 Hipercor. Supermecado de la cadena de distribución de El Corte Inglés

2 Chicos. Perdón por el uso del genérico pero dada la antigua educación recibida no me sale el actual “chicos y chica”.

1

Ignacio- Los Recursos Humanos.

Javier- Los Recursos Humanos.

Mariola- Um, um, um.

IFD- Decidido entonces. Hoy el cuento será sobre los RRHH.

Había una vez un Rey que vivía en un reino muy lejano donde el cielo era siempre azul. El Rey a diferencia de otros reyes trabajaba mucho, decidiendo la estrategia que su reino debía usar. Pero también delegaba muchas tareas en su persona de confianza; “el Gran Mago”. Este se ocupaba de decidir cuándo se plantaría el trigo y cuando había que recogerlo para poder llenar los graneros.

También se encargaba de asignar los trabajos a los súbditos de LABORALIA, que así era como se llamaba el reino. Así decidía quien sería herrero, quien carnicero y quien, por ejemplo, soldado.

Un día el Rey mandó llamar al Gran Mago y le dijo:

“Gran Mago” llevas muchos años de servicio y como prueba de gratitud he pensado recompensarte con un deseo. Pídeme lo que más quieras y serás complacido”.

El Gran Mago miro a derechas, miro a izquierdas y tras tomar un poco de aire dijo con voz serena:

“Majestad, que puedo yo pediros que vuestra merced no me haya concedido con anterioridad. Quizás me gustaría contar con más soldados ya que toda la población está ocupada en las labores de labranza y recolección de los campos con lo que me es imposible el formar a más guerreros.

2



Si tuviéramos mas guerreros seríamos capaces de invadir el reino vecino de PARALIA y podríamos tomar posesión de sus tierras y de su población y así poder tener más recursos y agrandar nuestro reino”.

El Rey que era muy viejo y mucho más sabio que el gran Mago le contestó:

“Fiel servidor lo que me pides es imposible. Nosotros no necesitamos tener un ejército más numeroso. Los reinos prosiguió, no se miden por el número de sus siervos sino, y antes bien, por la profesionalidad y felicidad de los mismos y para ello debemos concentrarnos en gestionar los RECURSOS de que disponemos sin olvidar lo que son: PERSONAS.

Podemos tener el ejército más numerosos y mejor entrenado en las artes de la guerra del mundo, pero si no están motivados por un fin lícito, un mísero escuadrón de un reino enemigo les hará pedazos en la primera ocasión”.

Y así fue como el Gran Mago se quedo sin su deseo y el Rey siguió gobernando durante muchos años en armonía, trayendo a su pueblo una gran prosperidad. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

LOS RECURSOS HUMANOS SON RECURSOS Y POR LO TANTO SON LIMITADOS, Y SON HUMANOS O LO QUE ES LO MISMO SON PERSONAS.

3