La semana pasada en una conferencia recordábamos aquella máxima de: “Las personas se van de sus jefes, no de las compañías”.
Con ser cierto, que lo es, uno hace un tiempo que no está preocupado por el porqué de las dimisiones. A nosotros los que nos preocupa de verdad es la razón del “despido interior”.
Si solo pudiera dedicarme a una cosa en mi trabajo, hoy me quedaría y sin dudarlo con el “engagement”. Pues “ad sensum” contario, mi preocupación principal debe de ser ayudar a esos trabajadores que se encuentran en las antípodas del meritado “compromiso”.
Comoquiera que el problema tiene una causa y, esta tiene un origen empezamos a trabajar por el principio y justo casi al inicio ya tenemos la primera conclusión.
Y es que la piedra número 1 de la muralla del "burnout" muchas veces se pone el primer día de trabajo. Así, ¿quién no ha sufrido un proceso de acogida de esos que dan ganas de decir; venga coño? (con perdón).
Las cosas con generalidad son lo que parecen y una empresa desorganizada suele serlo en todas sus áreas. Por el contrario un plan de acogida trabajado, efectivo, serio en lo procedimentado y divertido en lo humano puede ser el inicio de un amor de leyenda.
Y en esto estaba cuando cae en mis manos la foto que abre este post y me digo; "si Steve repetía cual mantra aquello de es mejor ser pirata que ingresar en la marina, no creo que le importe que utilicemos parte de su idea".
Posiblemente no seremos originales, o quizás incluso también lo logremos, pero lo que prometo al que se acerque a nosotros es que vivirá algo grande.
Walk on, walk on, walk on. This is 2bajopar. Buena semana.
Traducción de la carta:
Hay trabajos y luego está el trabajo de tu vida.
El tipo de trabajo que tiene tus huellas dactilares por todas partes. El tipo de trabajo al que nunca vas a renunciar. Por el que sacrificarías un fin de semana. Ese es el tipo de trabajo que puedes hacer en Apple. La gente no viene aquí para jugar sobre seguro. Viene para llegar más lejos.
Quieren que su trabajo forme parte de algo.
Algo grande. Algo que no podría suceder en ningún otro lugar.
Bienvenido a Apple
Me gusta como piensas... Felicidades, si es que empiezas again...
ResponderEliminarUn saludo.
Pues agradecido por la palabras y un placer contar con tu presencia. Para los que queráis saber como piensa JOFEGABER sugiero una visitita a rodadas.net. Saludos
ResponderEliminarAmigo Ricardo,
EliminarVuelvo a comentar aquí tras mucho tiempo, como sabes. Aprovecho tu último post para volver a reclamar la necesidad de generar sentimiento de pertenencia a la empresa, aquello que, según dicen los libros inventó Japón pero que estoy seguro de que mucho antes, en todos los países y durante toda la historia ha existido en aquellas organizaciones y negocios en los que el antes dueño y los ahora directivos gestionaban con la máxima de que eran y son las personas que trabajan en ellos quienes son la única y mayor fuerza que tienen las empresas a la hora de sacar los temas adelantes y evolucionar, mejorar, crecer y ser rentables. Creo sinceramente que en el sistema actual muy pocos son los que quedan con ese sentimiento de pertenencia, de arraigo. ¿Cómo incluso en momentos en los que una empresa está al borde de la desaparición sus empleados caen en el hastío y la resignación en lugar de tirar del carro como en ningún otro momento anterior?
Hemos despersonalizado las empresas, poniendo tanto énfasis en los equipos directivos, que es incluso en estos momentos de crisis, cuando los trabajadores sienten que están a merced de lo que los de arriba puedan hacer. Es decir, los directivos que, en los buenos momentos no han trabajado en desarrollar las capacidades de estos trabajadores son los que han creado el hecho de que cuando vengan mal dadas éstos últimos no van tampoco a resolverles o ayudarles en la recuperación.
Hubo un día que sentí esa pertenencia y veía que los de mi alrededor también, si bien, cuando han ido pasando los años y las empresas en las que he trabajado o con las que me he relacionado, noto que la brecha entre sus direcciones y los equipos se ha ido acrecentando tanto que se ha conseguido no sentir el más mínimo apego al lugar puntual donde más tiempo de tu vida pasas, el que te da de comer y en el que te desarrollas socialmente.
Espero que haya vuelta atrás pero, sinceramente, salvo casos excepcionales, no veo la luz,...
Un abrazo desde el botxo! El vasquito.