Parece que la cosa va de caza y tras el episodio de Froilán ahora toca el relativo a su regio abuelo. El asunto es que a todos aquellos que se frotaban las manos con el primero y con el segundo parece como que de repente les ha estallado la escopeta en su propia cara.
Me explico. El tema del hijo del Duque de Lugo ha terminado en un expediente administrativo como era de preveer, y la cacería de elefantes en Botswana en un perdón público ante las cámaras de televisión (si bien esto no lo preveía nadie).
Y ahora ¿qué hacemos? se estarán preguntado.
Pues aprender señores. A ser más humildes, a ser ponderados en las críticas y aplicar aquello de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Y además a trabajar.
Los que me conocen saben que no soy monárquico, pero el paso de los años y las primeras canas me han hecho ver que en los más de 35 años que llevamos de monarquía hay un balance positivo a favor de la institución y de la persona.
Y esa sensación positiva se magnifica en estos tiempos donde el dislate, la desidia, el desconocimiento y la golfería de unos políticos han llevado a una situación de quiebra económica al Estado y con él a la gran mayoría de la población española.
Pero ¿a quien se creen que engañan Uds.? Pero ¿cómo se pueden arrogar la representación del pueblo unos descerebrados dogmáticos defensores de sátrapas, dictadores y tiranos?
Salgan a la calle y pregunten. En España no hay nadie interesado en el modelo chino, ni en el cubano, ni en el de corea. Aquí el problema es el empleo, no la forma del estado, ni el Rey, ni sus actividades privadas y/o de ocio.
Como dice Carlos Herrera; “en este país no cabe un tonto más y van a empezar a caerse al mar”. Ojala los primeros sean los que además de tontos se dedican a abrir heridas cicatrizadas hace muchos años y a perseguir sueños utópicos en lugar de colaborar en la solución de la crisis.
Esta noche el cuento a mis hijos será sobre un Rey bueno, que un día como humano que era erró y que como líder humilde reconoció a la primera ocasión su fallo diciendo: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.
Pues ahora digo yo; “Majestad por España, todo por España. Viva España. Viva el Rey”.
Walk on, walk on, walk on. This is 2bajopar. Buena semana.
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