Si uno se pone a ello, no será difícil encontrar un Psicólogo que nos recuerde aquello de: “Arriesgar no es símbolo de equilibrio”.
Por el contrario y casi sin buscarlo un amigo defenderá: “A por ello. Tú lo vales. Saldrá bien. Suerte”.
La cosa está, en que comulgo poco con los segundos y nada con los primeros.
De siempre he intentado mantenerme lejos de los que te ofrecen la buena suerte como un producto a adquirir. No puede ser y no es posible que un librito de 100 páginas contenga la esencia, cuando imperios sabios la obviaron o no fueron capaces de descubrirla.
La suerte “ex novo” no existe, e incluso para acceder a un premio de lotería es necesario acercarse a comprar el boleto. La suerte es la unión entre preparación y oportunidad (Voltaire).
Pero menos me gusta la actitud de defender la cobardía siempre bajo el aspecto de la prudencia. Y es que no han sido los cobardes los que han permitido el progreso como individuos y como sociedad.
El género humano tiene una cualidad que le distingue de entre el resto de los animales y esa es la capacidad de arriesgar. Incluso la vida.
Nuestro destino se forja en las acciones y decisiones que tomamos todos los días, aunque algunas y de obvio, tienen más peso o porcentaje en el resultado final . Hay que contar con la posibilidad de perder. Hay que tener miedo y aprender a superarlo y a gestionarlo.
Aunque si todo lo anterior falla, quizás tan sólo sea debido a la mala suerte.
Walk on, walk on, walk on. This is 2bajopar. Buena semana.
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